En el auditorio de la Universidad Tecnológica de Calakmul convergieron la mañana del 14 de noviembre representantes de seis comités de ordenamiento ecológico de la península de Yucatán —Muna, Maxcanú, Halachó, Dzitbalché, Ixil y Calakmul— para reunirse en el Tercer Encuentro Peninsular de la ONODET.

Los participantes del encuentro en la Universidad Tecnológica de Calakmul / Imagen: Iván Nava
En este espacio universitario, ubicado en la comunidad de Zoh-Laguna, al lado de la estación del Tren Maya, y cerca de la cabecera municipal de Xpujil, se trazó una cartografía de las amenazas territoriales que enfrenta la región.
All mismo tiempo, se visibilizaron las estrategias de organización comunitaria que, desde lo local, intentan contener el avance de lo que varios participantes no dudaron en llamar por su nombre: el cártel inmobiliario, la especulación turística y los intereses del gran capital. Esta es la crónica del Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet.
La bienvenida corrió a cargo de la licenciada Irma Ramírez Retama, quien presentó a las figuras que acompañarían la jornada: la presidenta municipal Lupita Acevedo Rodríguez, Aurelio Fernández y Fuentes del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (CUPREDER) de la BUAP, la licenciada Brenda Elizabeth Rubalcava Morán de la SEMARNAT federal, y el licenciado Óscar del Jesús Duarte en representación del rector de la universidad anfitriona.
La diversidad de actores presentes —gobierno municipal, academia, federación— daba cuenta del carácter plural que el ordenamiento ecológico territorial intenta articular, aunque no siempre con éxito.
El Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet: germen de unidad territorial
Guadalupe Acevedo Rodríguez tomó la palabra con un discurso que combinaba la calidez de la hospitalidad con la contundencia política. Dio la bienvenida al municipio “que los recibe con cariño, amor y la multiculturalidad que caracteriza a Calakmul”, pero rápidamente su mensaje derivó hacia el núcleo del Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet.
Para la presidenta municipal, este tercer encuentro representaba
“una plataforma de diálogo, reflexión y un motor de acción conjunta, impulsado por el anhelo de bienestar social y un ambiente duradero”.

La presidenta municipal de Calakmul, Lupita Acevedo, en su despacho / Imagen: cortesía de Facebook
Su exposición giró en torno a una idea central:
“El ordenamiento ecológico local no es solo una herramienta de planeación, es nuestra brújula hacia un desarrollo verdaderamente sostenible”.
Esta definición no era retórica. Acevedo Rodríguez delineó con precisión los retos ambientales que enfrenta la península: la deforestación que avanza, la contaminación de fuentes de agua, la degradación del suelo y los efectos del cambio climático que “amenazan el delicado equilibrio ecológico”.

Pero quizá lo más significativo de su intervención fue la reivindicación del papel de los comités de ordenamiento. Los describió como “guardianes del territorio” y como
“voces esenciales que aseguran que las decisiones de hoy construyan un mañana digno”.
En su concepción, los comités representan “un reflejo vivo de la unión entre el gobierno, la ciudadanía, la academia y los sectores productivos”, tejiendo
“una red sólida de defensa y planeación territorial que trasciende las divisiones administrativas”.
El compromiso que reiteró fue claro: Calakmul apuesta por el ordenamiento ecológico con la participación ciudadana como pilar fundamental.

Palacio municipal de Xpujil / Imagen: cortesía de Roman Meyer Falcón
Tras las palabras protocolarias del licenciado Duarte —quien ofreció disculpas por la ausencia del rector y expresó el deseo de que las estrategias desarrolladas fueran para beneficio del municipio y la península—, llegó el turno del director del Cupreder, Aurelio Fernández y Fuentes, quien no ocultó su valoración crítica del escenario regional.
Tierra de conquista
Fernández y Fuentes agradeció a la anfitriona y destacó la presencia de la SEMARNAT federal, pero su mensaje adquirió un tono más áspero cuando contrastó la actitud de la presidenta municipal de Calakmul con la de otros alcaldes de la región. “No se puede decir lo mismo de los demás municipios”, señaló sin rodeos.
“Algunos presidentes municipales anteponen sus intereses, proyectos personales, políticos o electorales, antes que el bien de las comunidades y del medio ambiente”.
Las palabras del director del CUPREDER no eran abstractas. Mencionó casos concretos de daños al territorio: la deforestación de cientos de hectáreas por parte de colonias menonitas en la región de Chené, situación que también ocurre en Calakmul y que incluso amenaza con penetrar las Áreas Naturales Protegidas. Pero no se detuvo ahí.

El director del Cupreder en la inauguración del encuentro / Imagen: Iván Nava (Cups)
Identificó a las “mafias del cártel inmobiliario y cártel inmobiliario turístico” —citando el caso de Ixil— que buscan utilizar el territorio para la mayor rentabilidad en un sistema económico que calificó de destructivo.
Su diagnóstico fue tajante:
“La península de Yucatán es una tierra de conquista con mucho interés de hacer negocios por parte de grandes capitales”.
Frente a esta realidad, Fernández planteó que la única manera de frenar esta tendencia es “con la organización de las comunidades y los aportes institucionales”. La convocatoria estaba clara: fortalecer los comités de ordenamiento como figura legal e instrumento de defensa territorial.
Treinta años de ordenamientos de papel
La intervención de Brenda Rubalcava Morán, directora de procesos participativos de ordenamiento ecológico de la SEMARNAT, aportó un elemento crítico sobre la historia de los instrumentos de planeación territorial en México. Reveló que
“un diagnóstico en 2021 reveló que durante 30 años se habían estado haciendo ordenamientos que realmente no funcionaban”.
La razón: estos ordenamientos fallidos se elaboraban desde la Ciudad de México, mientras que en casos exitosos como Cuetzalan del Progreso, el equipo técnico apoyó a la gente para identificar problemáticas, causas y soluciones
“a partir de lo que la gente piensa y vive”.
Fruto de este diagnóstico, explicó, se formuló una estrategia basada en la metodología del “encuentro de saberes” para construir instrumentos con las personas de la comunidad, identificando zonas de atención prioritaria. Rubalcava Morán presentó lo que denominó el “segundo piso del ordenamiento ecológico”, una estrategia que busca pasar de los documentos archivados a la resolución efectiva de problemas.
Ya existe un documento llamado Agenda ambiental, y se busca identificar las principales problemáticas para solucionarlas involucrando temas de salud, educación y seguridad en la misma mesa.
Reconocimientos y resolutivos en el Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet
Antes de pasar a los informes de los comités, se llevó a cabo la entrega de reconocimientos a participantes de la capacitación para el manejo del programa de ordenamiento ecológico local del territorio del municipio de Calakmul, realizada el 12 de mayo de 2025 en Xpujil. Entre los reconocidos estaban Tito Guzmán Sánchez, Natanael Velázquez Martínez, Ana Lorena Arcos, Virginia Vargas, Wilfrido Damián Ramírez, Yonatan Espinoza Deleon, Sandy Gutiérrez Bautista, Jesús Martínez Vázquez e Irma Ramírez Retama, así como las facilitadoras Anel Yasmín Flores Meneses, Myriam Anilú Acosta Pérez y Ana María González Romero.

La presidenta municipal y el titular de la SEMARNAT durante la entrega del resolutivo de aprovechamiento / Imagen: Iván Nava (Cups)
La presidenta municipal y la titular de la SEMARNAT en Campeche hicieron entrega del resolutivo de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales a Wilfrido Damián Ramírez, comisario municipal de kilómetro 101, y a Lucio Cabañas, del conjunto predial de Nuevo Becal.
Estos actos protocolarios tenían un mensaje simbólico: el ordenamiento territorial no es solo papel, puede traducirse en capacitación, formación y permisos de aprovechamiento sustentable que reconocen la gestión comunitaria.
Muna: cuando el basurero viola el plan
En el Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet, Israel Ismael Martínez Morales, presidente del Órgano Técnico del comité de Muna, expuso la situación de su municipio con franqueza. Las problemáticas que identificó son recurrentes en la península: manejo de residuos inorgánicos, orgánicos domésticos y agrícolas, quemas descontroladas de áreas agrícolas, daño indiscriminado de fauna silvestre —particularmente caza de venado—, sistema de drenaje residencial y contaminación del manto freático.

La selva yucateca desde el mirador de Muna / Imagen: Cupreder
Pero lo que destacó de su intervención fue el diagnóstico de los retos organizativos. Martínez Morales señaló que la mayoría de los temas son tomados de forma política por algún cargo, hay falta de organización interna y de un programa de trabajo, la organización social es difícil por la falta de confianza de la población, y que la entrega de apoyos por dependencias federales sin conocimiento del comité complica la confianza y la integración de la población.

Israel Ismael Martínez Morales, presidente del Órgano Técnico del comité de Muna
Su propuesta fue concreta y reveladora: el área donde se están tirando los residuos debería clasificarse como de conservación, lo cual violaría el plan establecido. Esto, argumentó, forzaría a buscar una solución e involucraría a la comunidad, al gobierno municipal, estatal e incluso federal.
Solicitó desarrollar cómo un ciudadano puede iniciar el proceso de solicitud de revisión para que dejara un precedente. Era una estrategia jurídica de defensa territorial desde el propio ordenamiento.
Maxcanú: el lastre monetario
Edna Bellita May Hooh, suplente del Órgano Ejecutivo de Maxcanú, presentó un panorama aún más complejo. La basura es el problema principal y no existe reglamentación específica ni manejo de residuos sólidos. A esto se suma la cacería indiscriminada, la contaminación por coliformes fecales provenientes de las granjas de cerdos en San Rafael y la escasez de agua.

Edna Bellita May Hooh, suplente del Órgano Ejecutivo de Maxcanú / Imagen: Iván Nava (Cups)
Pero May Hooh fue directa al señalar un problema estructural:
“lo monetario es el problema”
Los gobiernos no tienen interés en ayudar, explicó, y la gente no responde si no hay dinero. Hay dispersión de los integrantes del comité. Además, mencionó la apertura de empresas gaseras y gasolineras porque el Ayuntamiento argumenta que están dentro de un fondo legal, el permiso para que la empresa Coca-Cola tale selva baja para sus limones, y mortandad de abejas.
El comité de Maxcanú ha estado activo, participando poco, pero no tiene un programa de trabajo como tal. Aurelio Fernández propuso entonces platicar y convocar una reunión para hacer el mismo ejercicio de residuos sólidos que se propuso para Muna, señalando que cada persona genera entre 800 y 900 gramos diarios de basura.
Halachó: treinta años de nepotismo y diez millones que no aparecen
Carlos Omar Canul Cen, secretario del comité y presidente del Órgano Ejecutivo de Halachó, ofreció uno de los testimonios más duros de la jornada. Su diagnóstico fue claro: el ordenamiento en Halachó es solo un documento.
El Tren Maya ocasionó cambio de uso de suelo en alrededor de 30 hectáreas y el gasoducto provocó impacto ambiental. El gobierno municipal, señaló, ha estado por 30 años en manos de la misma familia, que no tiene interés en cambio alguno.

El testimonio de Carlos Omar Canul Cen, secretario del comité y presidente del Órgano Ejecutivo de Halachó / Imagen: Iván Nava
La disputa por la indemnización del gasoducto adquiere tintes de opacidad: 30 millones de pesos están en disputa y 10 millones “no aparecen”. Canul Cen mencionó problemáticas graves: el programa de fertilizante Peso por peso no está canalizado correctamente y se intercambia maíz por fertilizante con los menonitas; el otorgamiento ilegal de permiso para una gasolinera; o el excomisario que entregó tres hectáreas en terrenos de preservación tras el cambio de derecho de tierra de mil 850 hectáreas sin ser aprobado legalmente.
Las granjas de pollo Bachoco representan otro foco de conflicto: 43 naves en Concepción, con demanda de Profepa por tirar excrementos. La contaminación de agua con E. coli derivó en 27 casos de hepatitis en San Antonio Sihó, y ninguna comisaría tiene planta potabilizadora. La basura se quema y se tira a la entrada del pueblo.
El reto más grave que Canul Cen expuso fue organizativo: “Como comité, no se han reunido”. El secretario municipal le dijo que le firmará la licencia a Bachoco en diciembre.
Ante este escenario, Aurelio Fernández y Fuentes propuso que se organice una reunión con el órgano ejecutivo para solicitar al presidente municipal que, como condición para renovar el permiso a Bachoco, instalen una planta de tratamiento o un biodigestor para evitar los contaminantes.
Brenda Rubalcava se comprometió a ponerse en contacto con Halachó para continuar con el proceso de aprobación de cabildo y la firma del convenio de coordinación para el ordenamiento ecológico del municipio.
Dzitbalché: cuando el ordenamiento se percibe como restrictivo
María Margarita Tun Us, secretaria del comité y presidenta del Órgano Ejecutivo de Dzitbalché, presentó problemáticas similares: inexistencia de manejo de residuos sólidos —particularmente envases de agroquímicos—, contaminación de agua por sumideros y cacería de venados.

María Margarita Tun Us, secretaria del comité y presidenta del Órgano Ejecutivo de Dzitbalché
Lo interesante de su exposición fue la percepción social del instrumento: para muchos pobladores, el ordenamiento es restrictivo. Este señalamiento revela un problema de comunicación y apropiación comunitaria del ordenamiento ecológico.
Entre los retos que identificó estaban que el ayuntamiento no integró a miembros del comité, se retiraron integrantes por cuestiones económicas y laborales y se perdió el interés de las nuevas autoridades de Dzitbalché tras la reunión inicial.
Sin embargo, Tun Us también mencionó acciones: se han realizado oficios a comisarios municipales, han invitado a compañeros de la universidad para elaborar carteles y trípticos, y se está realizando la propuesta sobre la creación de un relleno sanitario.
Ixil: secuelas de la mafia inmobiliaria
Los representantes de Ixil, Cecilio Francisco Cisneros Riveros y German Méndez Cárdenas, expusieron el caso paradigmático de un municipio donde, según sus palabras, “llegó la mafia inmobiliaria”.
El ordenamiento fue construido con el pueblo, la SEMARNAT y la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), pero no se ha podido conciliar. El presidente municipal se opone al ordenamiento porque desea urbanizar, y
“el juego del desgaste ha sido por la parte legal”.
Las problemáticas que enumeraron incluyen agua contaminada con coliformes fecales y petróleo, corrupción en las autoridades, cacería de venado, intento de instalar un parque eólico con planos falsos en un área de preservación de aves migratorias, y venta ilegal de tierras por empresas y falsos avecindados.

Infografía, cortesía de jaltun.mx
Y otro problema mayor: la llegada a la comunidad de Ixil de un gestor del capitalismo verde hispano-mexicano que dividió y enfrentó a los opositores de la mafia inmobiliaria, creando una polarización interna que beneficia a los intereses fácticos. Un asunto que deberemos tratar en Matria.


Frente a este escenario de acoso territorial, los representantes de Ixil plantearon propuestas de desarrollo ecoturístico: mirador para flamencos, parque ecoturístico, observación de aves y plantas, senderismo, recorridos a caballo, bici de montaña, Temazcal, Unidad de Manejo Ambiental (UMA) y Escuelas Maya.
German Méndez Cárdenas cerró su intervención con una reflexión que resonaría en el auditorio:
“si un plan no genera una acción, se pierde el interés; hay que usar el territorio para conservarlo”, lo que llevaría a la sobrevivencia económica y ecológica.
La frase sintetizaba una de las tensiones centrales del ordenamiento territorial: la conservación no puede pensarse sin la reproducción material de las comunidades que habitan el territorio.
Calakmul: alianza virtuosa entre comité y gobierno municipal
Myriam Anilú Acosta Pérez, presidenta del Órgano Ejecutivo del comité de Calakmul, presentó un panorama que contrastaba con el resto de los municipios. Calakmul es un municipio diverso culturalmente, con el 75 por ciento de su territorio bajo la figura de Área Natural Protegida y con el mayor número de Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC) en México.

La presidenta del Órgano Ejecutivo del comité de Calakmul durante su presentación / Imagen: Iván Nava (Cups)
El programa de ordenamiento se publicó y existe una “buena alianza y comunicación” con el Ayuntamiento y la alcaldesa.

El encuentro de Calakmul
Los participantes en el auditorio de la Universidad Tecnológica de Calakmul




Sin embargo, esto no significa que Calakmul esté exento de problemáticas. Acosta Pérez identificó el cambio climático —con sequía severa e inundaciones—, el mal manejo de residuos sólidos urbanos —que solo se recolectan en seis o nueve de las 84 comunidades—, el difícil acceso al agua potable, la baja equidad de género y participación juvenil en la toma de decisiones, y el uso de agroquímicos que afecta a apicultores orgánicos.
Entre los obstáculos mencionó que los traslados son largos y costosos, el uso de lenguaje muy técnico en el ordenamiento, la falta de claridad sobre el proceso de dictámenes de factibilidad de obras y proyectos, y la lentitud de los tiempos institucionales y procesos burocráticos.
Sus propuestas fueron estratégicas: afianzar alianzas estratégicas con universidades y organizaciones de la sociedad civil, generar un plan de trabajo realista y establecer un proceso claro para los dictámenes de factibilidad.
Marco legal: el comité como guardián
Tras los informes de los comités, llegó uno de los momentos más formativos del Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet: la exposición a cargo del equipo de expertos del CUPREDER-BUAP, encabezados por la maestra Alejandra López, la doctora Alejandra Meza y el maestro Rigoberto Martín Sánchez Ramírez. Presentaron el resumen de la “Guía para los Comités de Ordenamiento Ecológico”, un documento clave que define la ruta legal y operativa para la defensa territorial participativa.
La guía, disponible para descarga pública en la web del CUPREDER, sistematiza desde el sustento constitucional de la figura del comité, su régimen de asamblea y autoridad ejecutiva y técnica, hasta los derechos y la organización interna, explicando la importancia del aval técnico y la validación por cabildo y publicación oficial.
La maestra Alejandra López explicó que el comité de ordenamiento tiene una fuerza legal sustentada en el Artículo 115 constitucional, que otorga al municipio la exclusiva responsabilidad de determinar y gestionar los usos de suelo. También se citaron los artículos 4, 25, 26 y 27 constitucionales, y la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), que exige la participación social.
Un elemento crucial: para que el modelo de ordenamiento tenga validez legal suficiente, debe ser aprobado por el comité, ratificado por el cabildo municipal y publicado en el periódico oficial del estado. El programa de ordenamiento ecológico debe ser congruente con los programas de desarrollo urbano y los programas de manejo del Área Natural Protegida.
López fue enfática: el comité de ordenamiento es el “mero mero guardián” del programa. Es autónomo frente al Ayuntamiento y se regula a través de su Reglamento interior.
El equipo del CUPREDER detalló la estructura operativa: la Asamblea General es el máximo órgano de decisión donde se aprueban las acciones, el Reglamento interior y el Plan de trabajo anual; el Órgano Ejecutivo funge como máxima autoridad entre asambleas y nombra al Órgano Técnico, que proporciona el conocimiento y análisis técnico y es el encargado de dar el Aval técnico.
El Aval Técnico, explicaron, es una de las funciones más importantes. Lo lleva a cabo un binomio —un representante del Ayuntamiento y un ciudadano— para revisar si un proyecto es compatible con la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) definida en el ordenamiento. Es nodal tener una Planeación y Organización del Trabajo y que el plan de trabajo sea realista para no dispersar el esfuerzo.
El cómic como pedagogía territorial
El maestro Oriol Mallo presentó el cómic Las aventuras del comité corazón de Villa Esperanza, creado con inteligencia artificial y con guion del CUPREDER.
Este material didáctico convierte la guía en una historia viva, mostrando un pueblo en mala situación, la creación del ordenamiento, la llegada de una nueva alcaldesa y los conflictos con los villanos —como Fausto, Licenciado Fonseca y Mr. Thompson—, ejemplificando cómo el comité puede funcionar ante proyectos destructivos como las granjas Vachueco.
El cómic está disponible en el portal del CUPREDER para su consulta y descarga. Esta herramienta responde a una necesidad concreta: traducir el lenguaje técnico-jurídico del ordenamiento territorial a formatos narrativos accesibles para las comunidades.
Segundo piso del ordenamiento: ¿financiamiento desde el Tren Maya?
Fue Brenda Rubalcava Morán quien presentó la estrategia del segundo piso y su propuesta de financiamiento en el Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet. Señaló que, a pesar de los ordenamientos existentes, el principal reto es la inexistencia de un manejo adecuado de residuos sólidos.

El Tren Maya en la estación de Escárcega / Imagen: Cupreder
La propuesta federal es financiar la atención de estas problemáticas —empezando con el manejo de la basura— con dinero de las compensaciones de la Sedena por el Tren Maya.
Los proyectos integrales incluyen manejo de residuos sólidos, biodigestores, pasos de fauna para corredores biológicos y atención a la problemática porcícola. Calakmul será el proyecto piloto y el comité será el encargado de vigilar el cumplimiento del proyecto.

Brenda Elizabeth Ruvalcaba Morán, Directora de Procesos Participativos de la SEMARNAT / Imagen: Iván Nava (Cups)
Rubalcava Morán explicó que se trabaja con Profepa, INECC, IMTA y Conagua para impulsar la reubicación de granjas o la instalación de biodigestores, buscando que Kekén invierta. La ironía no pasó desapercibida para varios asistentes: los impactos del Tren Maya financiarían ahora medidas de mitigación ambiental.
Seguridad alimentaria: poner a vivir los ordenamientos
La maestra Jaynet González Alvarado, en representación de la ingeniera María Luisa Albores, dio un saludo e insistió en que los ordenamientos
“no son documentos muertos, hay que ponerlos a vivir”.
González Alvarado presentó a Alimentación para el Bienestar (Seguridad Alimentaria Mexicana – SEGALMEX), que nació oficialmente el 12 de febrero de 2025. Es una paraestatal que busca coadyuvar a la economía, garantizando la seguridad y soberanía alimentaria.
Las acciones incluyen el Programa de Abasto Rural —a través de las Tienditas del Bienestar y Enchula tu Tienda— y Maíz para Todos, para abastecer tortillerías a bajo precio.

La Mta. Jaynet González Alvarado presentó Alimentación para el Bienestar / Imagen: Iván Nava (Cups)
El programa Transformación para el Bienestar busca comprar a pequeños productores —sin intermediarios— miel, café y cacao a precios justos para transformar los productos y colocarlos en las Tienditas.
La vinculación con el ordena
miento territorial quedó esbozada: la compra directa a pequeños productores podría articularse con las propuestas de aprovechamiento sustentable definidas en los ordenamientos locales.
Acuerdos del Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet: desde abajo y con equidad de género
El maestro Rigoberto Martín Sánchez Ramírez expuso la dinámica de acuerdos y conclusiones. La problemática generalizada se centra en temas de basura, contaminación del agua y cacería, y el reto es la falta de participación social.
Los acuerdos institucionales y recomendaciones fueron los siguientes: realizar una reunión con el comité de Halachó, SEMARNAT, CUPREDER e instituciones con injerencia para el seguimiento de acuerdos para la firma de la aprobación de cabildo; avanzar en la instalación del comité de Ixil con apoyo institucional; fortalecer la vinculación con las universidades para todos los comités.

Asistentes del encuentro / Imagen: Iván Nava (Cups)
Se recomendó mantenerse neutral o buscar un intermediario para apoyar en temas partidistas, visitar preparatorias y bachilleres —como el Colegio de Bachilleres— para divulgar el ordenamiento, lo que implica culturalmente formarse e integrarse participativamente.
Uno de los acuerdos más significativos fue construir la participación desde abajo, comenzando con pequeños proyectos productivos desde su hogar. El tema de equidad de género fue señalado como importante, y se planteó que los comités tienen que replantearse cómo incluir a las mujeres en los procesos de toma de decisiones.
Organización comunitaria frente al capital
Cuando el reloj marcaba las 7:20 de la noche, se dio por clausurado el Tercer Encuentro de Comités de Ordenamiento y Defensa del Territorio.
El encuentro dejó en evidencia varias cuestiones.
Primero, que los ordenamientos ecológicos territoriales son instrumentos en disputa: pueden quedar como documentos muertos en los archivos municipales o pueden convertirse en herramientas de defensa territorial, dependiendo de la correlación de fuerzas políticas locales y de la capacidad organizativa de las comunidades.
Segundo, que la península de Yucatán vive un proceso de acumulación por despojo donde convergen intereses inmobiliarios, turísticos, agroindustriales y extractivos que presionan sobre los territorios y sus recursos comunes.
Tercero, que la participación social —lejos de ser un ornamento retórico— es la condición de posibilidad para que los comités funcionen como contrapeso a las decisiones inconsultas de gobiernos municipales y empresas.

Los participantes del encuentro en la foto de clausura / Imagen: Iván Nava (Cups)
Pero quizá la lección más importante que dejó el encuentro es la que sintetizó Aurelio Fernández y Fuentes al inicio de la jornada: la única manera de frenar el avance del capital sobre los territorios es con la organización de las comunidades y los aportes institucionales.
Los comités de ordenamiento son, en este sentido, espacios de articulación entre Estado y sociedad que pueden funcionar como observatorios socioambientales, como instancias ciudadanas y como plataformas de incidencia en las decisiones que afectan el territorio.
El ordenamiento ecológico territorial no resolverá por sí mismo las contradicciones entre acumulación de capital y reproducción de la vida. Pero puede ser una herramienta que dispute tiempos, que obligue a procedimientos, que visibilice impactos y que, en definitiva, frene el trabajo del despojo.
En la península de Yucatán, tierra de conquista desde tiempos coloniales y ahora nuevamente en disputa, los comités de ordenamiento están ensayando formas de resistencia organizada que parten de un principio sencillo y potente: el territorio se defiende con organización comunitaria.
antecedentes
El Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet en diálogo con los encuentros previos: historia y maduración de la red peninsular
No se entiende el Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet sin mirar la trayectoria que dio origen a la red. Fue en Calkiní, Campeche, el 9 de febrero de 2024 cuando brotó la semilla del movimiento con el Primer Encuentro Nacional de Comités de Ordenamiento Ecológico Territorial Participativo.
Allí, comités de Yucatán, Campeche y Puebla, incluyendo los hoy presentes, sentaron las bases de la colaboración intermunicipal, viajaron juntos en el Tren Maysa, visitaron proyectos agroecológicos, intercambiaron estrategias para resistir la privatización del agua y la captura política de los recursos ambientales, y firmaron el acuerdo de construir una ONODET abierta, apartidista, inclusiva y basada en la defensa legal y la acción comunitaria.
El segundo hito tuvo lugar en Dzitbalché, el 15 de noviembre de 2024, cuando el Segundo Encuentro Peninsular de la Onodet reunió más de un centenar de personas. Se discutió la amenaza del Tren Maya, la expansión de las granjas industriales, los datos y mapas que confirmaban la devastación de los mantos freáticos y la necesidad de avanzar del diagnóstico a la acción.
Las palabras de la Dra. Irina Llamas y las conclusiones del pleno reforzaron que “la defensa del territorio debe ser la defensa de la vida y del agua”, y que los ordenamientos no sirven si quedan en el cajón.
De aquel foro surgieron talleres, visitas técnicas de intercambio y el reclamo por una mayor coordinación nacional, que fructificó en la estructura actual de la ONODET.
El contexto y la maduración acumulada se notaron en Calakmul: fue perceptible la mayor seguridad de los representantes, la apropiación del lenguaje y los recursos técnicos y la percepción compartida de que el Tercer Encuentro Peninsular de la Onodet representaba una continuidad y un nuevo comienzo.

Primer encuentro: febrero 2024
Onodet
Segundo encuentro: noviembre 2024
Onodet

